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La empresa estaba instalando paneles solares en un proyecto que se está desarrollando desde marzo en la provincia, pero subcontrataron a la empresa SGM para movimientos de tierra y operadores a los que les adeudan más de 16 millones de pesos que ahora no tienen como cobrar.

Un complicada situación de liquidez está viviendo la empresa subcontratista SGM quien acusa a la empresa peruana Andina Frei de no cancelarle trabajos desde el mes de junio, adeudándoles más de 16 millones de pesos que ellos a su vez hacen que les deban sueldos y finiquitos a una serie de trabajadores.

La empresa peruana fue contratada por los mandantes de una empresa que está instalando paneles solares en Los Andes, los que a su vez contrataron a esta empresa para movimientos de tierra en el mes de marzo, donde al ver que no se avanzaba los mandantes dejaron de cancelar y los peruanos prácticamente desaparecieron de Los Andes, dejando a esta subcontratista local con una millonaria deuda y además perjudicada con el robo de más de 100 millones con en unas maquinarias y herramientas que les sustrajeron hace un tiempo.

Al respecto, Claudio Arroyo, dueño de la empresa SGM “solamente nos dieron una carta de pago que se haría efectiva en septiembre, pero hasta ahora no contestan nada. La empresa empezó con problemas de liquidez en junio y echaron a todos los trabajadores, dejando una gran deuda con personal, la que se traspaso a nuestra empresa al no contar con los pagos”

Si bien han tratado de contactar a la empresa peruana y a los mandantes, estos últimos señalan que no tienen nada que ver, pues con ellos no hicieron el trato y por ende no tienen responsabilidad, mientras que de la empresa peruana sólo se sabe que tenían una oficina ficticia en Santiago.

Los afectados buscan ver la forma de judicializar los pagos y tratar de recuperar las maquinarias y herramientas, para poder seguir subsistiendo y así también pagar la deuda que tienen con los trabajadores.

Asimismo también piden que no se les den tantas facilidades a empresas extranjeras en la adjudicación de contratos, pues una vez que dejan de ser sustentables, prácticamente estafan a las subcontratistas que contratan en Chile