Frecuentemente se olvida que una Constitución no es una verdad revelada, ni un tratado de derecho o filosofía, sino un documento práctico de distribución y límites del poder:por eso es Constitución Política, ya que se parte del consenso de que la concentración del poder inevitablemente lleva a la corrupción, la in-equidad y todo tipo de abusos.
El poder siempre tenderá a defenderse para perpetuarse, por eso habría que limitarlo: Es la base de la Democracia. Pero ¿el de poder de quién? Del Estado pareciera ser la respuesta más obvia, y sería cierta si viviésemos en una abstracción dónde sólo existiera el Estado como absoluto y luego una suma de ciudadanos donde ninguno de ellos pudiese más que el Estado, pero sabemos que la realidad no es así. Por ejemplo, el poder económico o cultural puede actuar sobre o en paralelo al Estado.
Esto lo vemos en Chile en el aspecto Educativo, desde la constitución de 1980 se ha renunciado a la educación como una labor Estatal aplicando incentivos para concentrar la labor educativa en el sector privado y financiarlo sin control alguno, ni social ni financiero.
Hoy los sostenedores han lanzado una campaña comunicacional llenando de dudas a las familias y trabajadores. Si la nueva Constitución les garantiza el pluralismo, la libertad de enseñanza y el aprendizaje contextualizado ¿Qué les asusta realmente? vamos a ello.
El art. 42 establece que las comunidades educativas “ tienen derecho a participar en las definiciones del proyecto educativo y en las decisiones de cada establecimiento”, esto da poder real a las comunidades, ya no sólo discutir sobre el paseo de fin de año. El 43 nº3 establece que las y los trabajadores de la educación gozarán de los mismos derechos que contemple la ley, independiente del sistema en el que se desempeñen: es decir rompe con la división entre los trabajadores de la Educación con el consiguiente reequilibrio de fuerzas, más si lo sumamos al art 47 que establece la titularidad sindical y la negociación por rama y el 48 la facultad de los sindicatos de participar en las decisiones del Directorio
En probidad también hay cambios, el artículo 167 establece la transparencia en toda institución que reciba fondos públicos,esto obliga a transparentar cuanto entra y cuanto sale, y que tan necesario es realmente ese bingo que hizo el Centro de Padres para techar el patio o renovar los microondas. En suma: tenemos un grupo pequeño de poder que ha monopolizado casi sin contrapesos la educación y la redistribución del capital cultural del país y hoy surge una herramienta legal y política que cambia esa realidad: rendición de cuentas, transparencia,participación, negociación ramal y cogobierno.
Todos elementos que benefician a las familias y a los trabajadores, todos elementos que redistribuyen el poder y profundizan la democracia. A esto se oponen, y buscan defender la idea de que la Educación sólo les compete a ellos, bajo sus reglas sin intervención del Estado o de la Sociedad. Y es eso lo que se debe acabar.
Fabian Rabi Ortiz
Profesor
Mg En Educación
Ex Asesor Convencional