Carta/Opinión: Cómo llegar a medianoche.-

Las fiestas de fin de año suelen extenderse hasta medianoche, especialmente la celebración de nochebuena, momento en que los pequeños esperan recibir sus tan ansiados regalos y hacer todo el esfuerzo para ver al Viejito Pascuero, pero esto en ocasiones eso no se trabaja de buena manera, a pesar de las ganas y el entusiasmo, la alteración de la hora de sueño pude ser gatillante de irritabilidad y desregulación de parte de los más pequeños.

Es necesario priorizar las siestas, lo que permite que el niño recargue energías antes de una noche larga, y en el caso que se pueda, ajustar la hora de dormir en no más de 15–20 minutos por noche antes del evento para evitar cambios drásticos y en el caso que no sea posible dormir, se recomienda optar por un tiempo de descanso tranquilo y relajante.

Tampoco es necesario forzar la situación y en el caso que los niños o niñas no estés acostumbrados a trasnochar, se recomienda mantener las rutinas tanto como sea posible, conservar hábitos claves como baño, cuento y entorno tranquilo incluso con horarios más flexibles,

Ahora si efectivamente logran llegar a medianoche despiertos, al momento de conciliar el sueño es necesario crear un entorno de descanso familiar asegurando un espacio tranquilo y oscuro donde pueda recostarse si se fatiga, anticipar el cambio y gestionar la flexibilidad. Y si el evento termina tarde, es bueno permitir hasta medio hora más de sueño a la mañana siguiente para no desajustar el reloj interno

A pesar del interés, que en ocasiones es de los adultos, es necesario tomar ciertos resguardos, ya que los cambios abruptos en la rutina de sueño pueden causar irritabilidad, estados de ánimo alterados y disminución en la atención, entre otros.

Alterar los horarios de siesta puede derivar en sobrecarga emocional y agotamiento, llegando al “crisis de cansancio” durante la noche. Estos cambios de forma repetida pueden desincronizar el reloj interno de los niños, generando dificultad para conciliar el sueño en días posteriores y se recomienda, de forma paulatina, volver a la rutina de horarios de sueño y descanso.

Marcela Díaz

Directora Carrera Enfermería Campus Casona

Universidad Andrés Bello