Carta/Opinión: El Cerebro también se entrena.-

El cuerpo humano tiene una lógica simple pero profunda: todo lo que no se usa, se debilita u olvida. Los músculos se atrofian si no se mueven, la voz pierde fuerza si no se ejercita, y el cerebro, aunque no lo parezca, responde igual. Pensar, hablar, recordar, cantar o bailar son actos que lo mantienen vivo. El cerebro no se gasta con el uso; se apaga con la inactividad.

Durante años, hemos entendido el entrenamiento físico como sinónimo de salud, pero pocas veces pensamos en el entrenamiento cerebral. Cada conversación, cada lectura, cada conocimiento nuevo, despierta una red de conexiones que se fortalecen con la práctica. Cuando dejamos de hacerlo, cuando el cuerpo o la mente se inmovilizan, esas conexiones se apagan poco a poco.

En estos días, la cantante Britney Spears recordó al mundo que la mente también sufre cuando el cuerpo se queda quieto. Durante los años en que no pudo bailar ni cantar libremente, habló de un “daño cerebral” para describir lo que le ocurrió cuando se vio privada de moverse, expresarse y de sentir su cuerpo como propio.

Desde la neurorehabilitación se sabe bien, ya que cuando el cuerpo se mueve, el cerebro se reorganiza. Bailar, cantar o caminar activan circuitos motores, sensoriales y emocionales que sostienen la identidad. Cuando eso se interrumpe por mucho tiempo, la mente empieza a desconectarse del cuerpo, y recuperar esa unión requiere paciencia, estimulación y acompañamiento.

Por eso es tan importante mantener el cerebro en actividad. No solo a través del estudio o del trabajo intelectual, sino también del arte, la conversación, la curiosidad. Cocinar una receta nueva, aprender una canción, cambiar el trayecto habitual, son formas de ejercitarlo. En el fondo se trata de mantenerlo en movimiento y no dejarlo dormir.

Jorge Valdés Soto

Académico Escuela de Fonoaudiología

Universidad Andrés Bello