Carta/Opinión: “Fibromialgia: cuando el dolor crónico hace invisible lo visible”.-

La fibromialgia sigue siendo una enfermedad invisible en el sistema de salud chileno. A pesar de afectar entre el 2 % y el 5 % de la población, principalmente mujeres entre 40 y 50 años, y de estar reconocida por la Ley N.º 21.531 como una condición que requiere atención preferente, aún no forma parte del Catálogo de Garantías Explícitas en Salud (GES). Esa omisión tiene consecuencias directas en los pacientes como falta de diagnóstico oportuno, desigual acceso al tratamiento, altos costos de bolsillo y una carga emocional que muchas veces se enfrenta en soledad.

El dolor generalizado, la fatiga, las alteraciones del sueño y la hipersensibilidad que caracterizan este síndrome impactan profundamente la calidad de vida. Su manejo requiere una mirada integral que incluya medicamentos, ejercicio, terapia cognitivo-conductual, apoyo psicológico y rehabilitación física. Sin embargo, sin respaldo GES, el acceso a estas terapias depende del nivel socioeconómico, generando brechas en atención y pronóstico.

Más allá del sufrimiento individual, la fibromialgia refleja una deuda estructural con el dolor crónico. En Chile, este tipo de dolencias no oncológicas afecta al 30 % de los mayores de 45 años y representa costos comparables a los del cáncer. Reconocer esta realidad en las políticas públicas no solo aliviaría el dolor de miles de personas, sino que sería un acto de justicia sanitaria.

La inclusión de la fibromialgia en el GES es una necesidad urgente. Porque cuando el dolor se vuelve invisible, la indiferencia duele aún más.

Jorge Valdés Soto

Académico de la Escuela de Fonoaudiología

Universidad Andrés Bello