Este 1 de enero comenzó a regir el aumento en los precios del TAG y los peajes en el país, impactando directamente en el bolsillo de los conductores durante el verano y la temporada estival. Según explicó la ministra de Obras Públicas, Jessica López, esta subida se relaciona con la variación anual del Índice de Precios al Consumidor (IPC), que a noviembre alcanzó un 4,2%.
Por este ajuste, las tarifas del TAG aumentaron en línea con el IPC, mientras que las rutas más transitadas, como la conexión entre Santiago y Coquimbo, experimentaron alzas significativas. Según la Dirección General de Concesiones, el costo total de los peajes en este trayecto subió de $25.100 a $26.154 ida y vuelta.
El impacto no solo se limita a las carreteras. Servicios básicos como el agua y la electricidad también sufrirán aumentos en la Región Metropolitana, con un alza del 5% para el agua y del 11% para la electricidad.
Economistas han advertido sobre las posibles consecuencias de estas subidas. Ignacio Muñoz, del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales, destacó que el aumento del TAG podría afectar el bienestar de las personas. Carlos Smith, de la Universidad del Desarrollo, señaló que este escenario podría llevar a los usuarios a optar por otros medios de transporte o a recortar gastos en bienes esenciales.
En tanto, Miguel Santana, consultor económico de la Universidad de Chile, proyectó que las variaciones del IPC para 2026 estarán sujetas a diversos factores económicos que también podrían influir en los costos de vida.
El inicio de 2025 llega con desafíos económicos significativos, que obligarán a los hogares a ajustar sus presupuestos frente al incremento en los costos de movilidad y servicios esenciales.