VALPARAISO.- El Auditorio Alfredo Guillermo Bravo del cerro Cordillera de Valparaíso está con prohibición de funcionamiento desde junio del 2024. Producto de las intensas lluvias se produjeron deslizamientos de tierra desde el cerro, que está muy pegado a la cancha. Las casas cercanas al precipicio quedaron en peligro de caer sobre el campo de juego.
El recinto deportivo es el auditorio más antiguo de Valparaíso, funciona bajo la administración de la Municipalidad, entidad que lo cerró por el peligro que representaba para la comunidad la posibilidad de un derrumbe.
Luego de un informe de la Dirección de Obras, la Municipalidad de Valparaíso emitió un decreto alcaldicio de demolición de la vivienda con mayor riesgo de derrumbe con fecha 5 de diciembre del 2024 por “riesgo de colapso de la edificación debido a la inestabilidad del terreno”.
El Auditorio Guillermo Bravo es el único espacio deportivo de uso público en el cerro Cordillera, tiene una cancha de fútbol de tierra, donde se realizan campeonatos, entrenamientos de adultos y menores, clases de educación física de colegios cercanos, conciertos, ferias y otras actividades culturales.
Está ubicado en una gran quebrada que divide dos cerros, al igual que otras canchas de fútbol de Valparaíso. También tiene una multicancha más pequeña en un sector más alto, la que se encuentra completamente deteriorada producto de la nula mantención por décadas.
Problema social que agrava la situación
Rocío González Urrutia es el nombre de la vecina del cerro Cordillera afectada por este decreto municipal de demolición. Su familia habita ese terreno hace más de cien años.
El auditorio Alfredo Guillermo Bravo no tiene permiso de uso si no es derrumbada su vivienda, que aún continúa utilizando en el mismo lugar y en peligro.
Su casa es de material ligero y en ella habita junto a su pareja y a su hija que es usuaria de la Teletón. Rocío describe que ella está viviendo bajo una presión constante por no tener los recursos para demoler y reconstruir y por la incertidumbre de encontrar un lugar donde vivir con su hija, ya que su vivienda está adaptada para sus necesidades especiales.
“Mi familia se ha visto demasiado afectada en lo emocional porque algunas personas nos culpan de que esté cerrado el Auditorio y no se puedan jugar los campeonatos de fútbol. Yo soy nacida y criada en el sector al igual que mi familia También necesitamos que vuelva el fútbol y las actividades culturales al cerro”.