Los funcionarios de Gendarmería de Chile han advertido sobre una inminente «crisis mayor» dentro del sistema penitenciario del país debido al alto nivel de hacinamiento y al crecimiento de la criminalidad dentro de las cárceles.
Según datos proporcionados por la institución, en marzo de 2026, había un total de 54,544 internos en las cárceles chilenas. Además, se estima que existen alrededor de 1,600 bandas criminales dentro de los penales, de las cuales aproximadamente 600 están activas y cometiendo delitos.
Rodrigo Muñoz, dirigente de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (ANFUP), destacó que la situación se ha vuelto más grave con la presencia de reclusos extranjeros que han introducido delitos desde el interior de las cárceles, convirtiendo las instalaciones en centros de extorsión y tortura entre los internos.
Benito Saravia, otro dirigente de ANFUP, agregó que los reclusos extranjeros a menudo ingresan al sistema penitenciario chileno sin antecedentes de su historial delictivo en sus países de origen, lo que complica la gestión de la población carcelaria y aumenta los riesgos dentro de las cárceles.
El hacinamiento es una preocupación creciente, con una tasa de ocupación penitenciaria del 129 por ciento en marzo de este año y 16 cárceles superando el 200 por ciento de su capacidad. Muñoz destacó las condiciones de trabajo precarias del personal de Gendarmería, con escaso equipamiento y infraestructura deteriorada, lo que aumenta los riesgos para la seguridad tanto de los funcionarios como de los internos.
Esta situación también ha tenido un impacto significativo en la salud mental de los funcionarios de Gendarmería. Según un informe del Centro de Estudios Justicia y Sociedad UC de 2023, casi la mitad del personal masculino y más de la mitad del personal femenino ha necesitado acceso a tratamiento para problemas de salud mental, pero muchos no han recibido la atención adecuada.
Pablo Jaque, dirigente de la Asociación de Gendarmes Chile (AGECh), subrayó que el trabajo en Gendarmería es arriesgado y demanda largas horas laborales, lo que puede generar un desgaste emocional significativo en los funcionarios.