Las ferias del libro son más que un evento cultural: son un espacio de encuentro, de aprendizaje y de identidad. En ellas se fomenta el gusto por la lectura, se fortalecen los lazos comunitarios y se promueve el desarrollo escolar, porque cada niño o niña que se acerca a un libro abre una puerta a nuevas posibilidades.
A su vez, estos espacios mejoran la calidad de vida de una comunidad, porque la cultura —ya sea la música, el teatro, la danza o la literatura— nos invita a soñar, a reflexionar y a compartir en torno a lo que somos.
En San Esteban, existe una política cultural que a veces pasa “piola”, pero que tiene un enorme valor: la Feria del Libro Comunal. Hoy algunos candidatos populistas cuestionan el apoyo a la cultura, sin comprender su verdadera relevancia. La cultura no es un gasto: es una inversión en ciudadanía, en valores y en cohesión social.
Por eso, creo firmemente que estas instancias deberían ser una política pública obligatoria en todos los municipios. En nuestro caso, ya avanzamos hacia la cuarta versión de la Feria del Libro de San Esteban, un logro que refleja el compromiso del encargado de Cultura y de las autoridades locales, más allá de lo electoral.
Eso demuestra que aquí se trabaja con visión de futuro. Porque uno está de paso, pero la cultura queda y resiste 
Todas las reacciones: