Más Estado, más dignidad: el transporte público y la crisis del modelo en Aconcagua.-

Por.- Rafael Reyes Fuenzalida, concejal de San Esteban y escritor.

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SAN ESTEBAN.- Ayer en el Concejo Municipal abordamos una problemática que afecta directamente la vida cotidiana de nuestros vecinos: la grave crisis del transporte público en Aconcagua. Esta no es una realidad ajena para San Esteban; al contrario, somos parte central del problema.

En mi intervención fui claro: el transporte no puede depender exclusivamente del libre mercado. Bajo las reglas actuales, con recorridos poco rentables por la baja densidad poblacional, el sistema no es autosustentable y necesita urgentemente una subvención real del Estado. De lo contrario, seguimos condenando a nuestros vecinos al abandono y la precariedad en un derecho básico como es la movilidad.

No puedo dejar pasar la postura de ciertos sectores políticos, especialmente los candidatos de extrema derecha, que predican como solución el “menos Estado”. Pero ¿menos Estado para quién? Menos Estado no es sinónimo de libertad: es menos dignidad, menos acceso, menos derechos. Significa entregar todo al mercado, y eso es lo que nos tiene jodidos como país. No se trata de ideología, se trata de humanidad.

Este modelo de abandono también se refleja en otra realidad dolorosa: la falta de alcantarillado en amplios sectores de San Esteban. Zonas como Lo Calvo, Bandurrias, Golondrinas, Valle Nevado, El Cobre, Villa Las Camelias, El Lucero, San Regis, Foncea, Nueva Foncea, Chañarcillo, Camino Internacional, Los Chacayes, Primera Quebrada, Río Colorado y Los Espinos siguen sin un sistema básico de saneamiento. Agradezco los avances en Villa Trinidad, Villa Nazareno y Gabriela Mistral, hoy en construcción gracias al Gobierno Regional, aunque no exentos de dificultades. Pero esto es justamente más Estado: equiparar condiciones de vida y dignificar a las personas, más allá del color político de quienes gobiernen.

Por eso también insisto con fuerza en proyectos como la farmacia comunitaria, y celebro iniciativas como el camión limpiafosas gestionado por el municipio y el Gobierno Regional. Eso es política pública pensada en mejorar la vida concreta de la gente. Eso es gobernar desde la humanidad.

Durante una consulta ciudadana en salud, muchos vecinos nos expresaron su preocupación por la falta de recorridos de microbuses. El sector de Cariño Botado, emblemático y turístico, está sin cobertura. Lo mismo ocurre con Foncea, zona gastronómica en crecimiento, y San Regis, donde vive una alta proporción de adultos mayores. La falta de transporte no solo es un problema de movilidad: es un problema de salud mental y abandono.

Escribo esta columna no solo para defender mi visión política de más Estado, más equidad, más humanidad, sino para hacer un llamado a las autoridades regionales y nacionales: no pueden seguir mirando a las comunas rurales como periferia. Gobernar para nosotros no es un favor, es una obligación del Estado. La descentralización no puede quedarse en el discurso.

Atención con quienes ponen el mercado por encima de la humanidad y los derechos sociales. Nuestro pueblo merece más dignidad, no menos Estado.

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