SAN ESTEBAN.- Después de más de 130 años de historia, por fin la Escuela San Lorenzo cuenta con un galpón. Un espacio tan necesario y justo para nuestros niños y niñas. Hoy, este hito no solo representa una mejora en infraestructura, sino también un símbolo de que el Estado sí puede invertir en los territorios, sobre todo en estos tiempos donde tanto se critica su rol.
Quiero destacar la gestión del alcalde Christian Ortega, quien priorizó este proyecto emblemático para Foncea, y también el trabajo comprometido del Concejo Municipal. Como concejal, pero sobre todo como exalumno, me emociona profundamente este momento.
Recorrí estas aulas en mi infancia, trabajé como asistente de la educación en este mismo lugar, y hoy tengo el honor de estar presente como autoridad en este avance tan significativo. Recuerdo cuando llegamos: el pozo antiguo estaba colapsado, raíces crecían en los baños… hoy, cuatro años después, pareciera otro colegio. Y eso es fruto del trabajo serio y colectivo.
Hoy me topé con excompañeros de curso, vi a sus hijos tener un espacio digno para aprender, y me invade la gratitud. Agradezco a todos los que hicieron esto posible: al director Luis Iván Tapia, al arquitecto del DAEM, al Gobernador Regional en su visita, a los colegas y vecinos que apoyaron desde los concejos municipales, al presidente del centro de padres que nunca bajó los brazos, y especialmente a los trabajadores que día a día le pusieron el hombro.
Hoy no hablo solo como concejal. Hablo como exalumno, exfuncionario, como aquel que lanzó un libro en este mismo espacio y que vivió tantas actividades junto a la comunidad. Hoy hablo como hijo del barrio.
Gracias totales.